jueves, 29 de diciembre de 2016

INDEPENDENCIA...¿Y?

Cataluña y su independencia es uno de los temas más hablados en España hoy día. Y por ello, resulta interesante saber en qué se basan para desear esta.
En primer lugar, muchos acuden al tema histórico, del que es importante saber:
Había distinta procedencia entre los pueblos que ocuparon la Península Ibérica, aunque sin división administrativa, pero estos pueblos no compartían unidad política. Cataluña pertenecía al pueblo íbero, que eran los que ocupaban mayoritariamente la península junto a los celtas por el año II a.C. hasta que se produjera la división entre la Hispania Citerior (a la que pertenecía Cataluña) y la Hispania Ulterior. 
Entonces llegó la romanización y también se hizo una división (esta vez en tres territorios), y más tarde la conquista y expansión de Al-Ándalus que no deja claro si continuó con esta división administrativa.
Pero fue en el siglo X cuando Cataluña alcanzó su máximo nivel de independencia, con los llamados "condados catalanes", que lograron incluso extenderse por algunas zonas del Mediterráneo como Reino de Aragón por el siglo XII. Este reino duró prácticamente hasta el siglo XV, cuando fue anexionado con el Reino de Castilla por los reyes católicos. 
Una vez anexionado, Cataluña no volvió a lograr nunca tanto nivel de independencia como antes, siempre pertenciendo a España, aunque si es verdad que se produjeron bastantes intentos de independencia durante el siglo XIX y el cantonalismo, pero sin lograr éxito alguno.

Una vez dado un breve repaso a su historia territorial, es fundamental acudir al aspecto económico. Para ello es preferible evitar debates sobre un mayor auge económico de Cataluña independiente o no en tiempos pasados. Acudimos a un análisis actual, resumido en unas 5 consecuencias que tendría la independencia del territorio catalán:

1) Salida del euro y del Banco Central EuropeoEl nuevo país podría optar por seguir utilizando el euro de manera unilateral, pero sin ninguna influencia sobre su tipo de cambio ni sobre los tipos de interés.La nueva Cataluña también se desvincularía del Banco Central Europeo, el organismo que centraliza la política monetaria de los 18 países que comparten el euro (19 a partir del 1 de enero con la entrada de Lituania). El BCE es la red de seguridad que garantiza liquidez al sistema bancario de la zona euro y gracias a sus líneas de apoyo han sobrevivido numerosas entidades durante las etapas más agudas de la reciente crisis. Las entidades financieras con domicilio en territorio catalán perderían el acceso a esas líneas.

2) Sin fondos estructurales y fuera del BEI: Al abandonar la Unión Europea, automáticamente se vería expulsada de otras instituciones como el FEDER, FSEFEADER o FEMP.

3) Impacto en los mercados y prima de riesgo: Si alguna enseñanza ha dejado la crisis es la de que los mercados se han especializado en desaconsejar todo aquello que suene a desequilibrio y a inseguridad. Y un buen ejemplo ha sido Cataluña, que ha incumplido sistemáticamente los objetivos de déficit y deuda impuestos por el Ejecutivo, lo que le ha obligado a recibir ayuda permanente del Estado para pagar sus servicios públicos. Una hipotética independencia de España elevaría aún más la inseguridad y llevaría a la prima de riesgo a niveles inasumibles, con el inconveniente de dejar de contar con la red de protección del Estado español.



4) Caída del comercio y aranceles: Las exportaciones españolas, pese al deterioro experimentado en los últimos meses, están en máximos históricos. Y a ello ha contribuido el tejido industrial de Cataluña, que aporta 58.000 millones anuales (exporta lo mismo que adeuda al año), lo que representa el 24,9% del total de las ventas al exterior de España. Una independencia de España y una salida de la zona euro le obligaría a pagar un sobrecoste por los aranceles, ya que dejaría de beneficiarse de las ventajas de pertenecer a una zona económica con libre circulación de mercancías, que a su vez tiene firmados acuerdos de libre comercio con otras naciones. El pago de esos sobrecostes haría mucho menos competitivas las exportaciones catalanas frente a las de otras autonomías en España y en Europa. Además de dejar de ser un atractivo para las empresas extrangeras.

5) El coste de crear un nuevo país y el reingreso en la UE: El día después de la independencia, el Gobierno catalán tendría que hacer frente a una serie de costes ingentes para garantizar los servicios que presta y para proseguir en la senda del abaratamiento de los costes energéticos. En primer lugar, tendría que financiar la constitución del nuevo Estado y hacerse cargo de aquellas partidas que estaban aseguradas por el Estado español como las pensiones de los jubilados catalanes, así como los incrementos salariales de los funcionarios del Estado y de los militares. Otro dato a tener en cuenta es que debería continuar haciendo frente a los pagos del servicio de la deuda pública española que le correspondiese, al menos durante algunos años, y realizar algunas provisiones para infraestructuras inacabadas, como las del tren de alta velocidad, y sobre todo las interconexiones energéticas con Francia, consideradas vitales para garantizar un suministro barato.
Una Cataluña independiente debería solicitar el ingreso en todas las estructuras de la Unión Europea. En principio, como ya aclaró la Comisión Europea antes del referéndum de Escocia, la negociación debería partir de cero, por tratarse de un nuevo Estado con el que habría que negociar desde su aportación al presupuesto de la UE a su presencia en las diferentes instituciones (Parlamento Europeo, Tribunal de Justicia, etc...) En ese caso, Cataluña debería iniciar un proceso de incorporación como en el que se encuentran Turquía, Serbia o Montenegro, con el riesgo de que cualquiera de los 28 socios actuales, incluida España, pudieran vetar el camino en cualquier momento. Algunos analistas sostienen que el proceso podría acelerarse invocando el artículo 48 del Tratado de la UE, para llevar a cabo por primera vez una ampliación interna del club. Esa vía, que nunca se ha utilizado, se puede poner en marcha por mayoría cualificada, es decir, ninguno de los socios tendría derecho de veto. Pero la decisión final de ingreso sería de nuevo por unanimidad, lo que permitirá a cualquier socio retrasar indefinidamente la entrada.


http://cincodias.com/cincodias/2014/11/09/economia/1415540350_207077.html


1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo Juan! Buenas palabras para comentar este tema de actualidad con los lectores... Me encanta este blog!! ¡ Un saludo!

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